Sembrar para cosechar...

Es fin de año y las vacaciones de los #aliens se aproximan. Este año tuve tiempo de prepararme, quería hacer con ellos algo diferente a propósito de su interés creciente por saber como funcionan las cosas.

Yo por mi parte, siempre tengo una libretita con una larga lista de "To-Do, de todas esas cosas que me gustaría hacer algún día, en algún momento, cuando tenga tiempo y por supuesto, también ganas.

Y vaya suerte, yo quería experimentar con un mini huerto orgánico y los #aliens aman la tierra y adoran regar. Entonces, no se hable más del asunto, Homecenter nos espera.

De vuelta en casa con nuestras semillas, almacigueras y tierra, nos pusimos manos a la obra. La primera sorpresa fue contemplar la belleza de las semillas y las diferencias entre unas y otras. Nuestras favoritas fueron las de cilantro, para mi sorpresa rojas como si las hubieran pintado a mano.

Después de tapar con tierra las semillas y regar nuestro mini huerto, los #aliens se asomaban cada cinco minutos y al no ver cambios preguntaban "Mamá, ¿ya crecieron?" Tuve que explicarles que pasarían varios días en que regaríamos la tierra y no veríamos nada nuevo; y que de pronto las plantitas comenzarían a crecer. Con los días  crecía su impaciencia, y lograron recordarme también la mía... cuantas veces he querido que las "semillas", esos nuevos proyectos e ideas se conviertan en una gran planta de una vez... sin tanta espera.

Este año tuve la suerte de ver florecer otro huerto, uno que venía cultivando con esmero y dedicación estos últimos años, mis amigos. Hombres y mujeres, tan distintos y de una belleza asombrosa, como las semillas que plantamos. Pude recordar que distinto era el aspecto de esas "semillas" cuando las encontré... y definitivamente nada me hubiera permitido predecir en que se transformarían una vez que comenzara a destinarles mi atención.

Supongo que esta "metáfora" me hizo repensar mi tradicional regalo de Navidad para mis amigos; y cambiar las ya tradicionales galletas con chips de chocolate por una de nuestras plantitas.

Y es que, aunque termino este año cansada como nunca antes, también creo que nunca estuve tan agradecida del afecto y de los buenos momentos que viví con cada uno de mis amigos. Siento que cada gota de mi tiempo, de mi cariño y de mi dedicación hacia cada uno fue tan generosamente recompensada por el humor, la preocupación, la generosidad, la dulzura, la lealtad, la sabiduría, la alegría, la profundidad y tantas otras variedades de regalos.

Cada uno de ellos sabe en que aspecto fue trascendental para mi; con algunos me pasé los mejores carretes del año, otros se armaron de valor para escuchar mis quejas y unos pocos valientes también consolaron mis lágrimas.

Así como disfruté de la sorpresa de los #aliens de ver transformadas las semillas y sus horas de riego en diminutas y verdes hojitas, quiero traspasar a mis amigos algunos mensaje este fin de año...

- La primera apariencia de las cosas muchas veces no se parece en nada a su real apariencia, a la que reside en su potencial. Hay personas que te pueden dar una grata sorpresa si les dedicas tu tiempo y tu afecto. No dejes de regar una semilla por su aspecto extraño, puede llegar a ser un gran árbol en tu vida.

-La belleza de un huerto está en su diversidad. Experimenta con incorporar cosas nuevas, dedícales tiempo y disfruta dedescubrirte a ti mismo a través de explorar lo que no es tan conocido.

- Hay semillas que se demoran mas en crecer que otras... otras que se siembran en primavera o en invierno... todo tiene su "tempo" (Ahora entiendo a Benedikte, mi maestra de yoga, cuando nos decía mientras temblabamos en una postura... "in your own tempo"). Respeta esos tiempos... hay una razón.

- En mi experiencia con mis niños, enseñarles a sembrar y ver crecer una planta no me parecía gran cosa. A ellos que no lo sabían, no sólo les pareció fantástico sino que atesorarán ese aprendizaje por el resto de sus vidas.  NUNCA dejen de enseñar a otros que estiman lo que saben, por sencillo y absurdo que les parezca, ese conocimiento puede trasnformar la vida de esa persona, llegar a mejorarla sustancialmente o abrirle puertas que antes se encontraban cerradas para ella.

Y por último, espero que así como mis amigos me dieron las mejores sorpresas este año, el año que viene cuenten conmigo para regar y hacer crecer  ese huerto donde han sembrado sus proyectos y sus sueños... para eso estamos los amigos!